Constanza Molina Loren
¿Se puede ser Mamá con Fibromialgia? Testimonio
- HOY aprenderás
- ACERCA DE constanza
- Cómo vivió Constanza su proceso de embarazo con respecto a los síntomas de la Fibromialgia
- Cómo experimentó su maternidad teniendo Fibromialgia
- Cuál es la labor que desempeña al dar asesoría de lactancia
- Cuáles son los mayores desafíos que enfrentan las mamás con Fibromialgia
- Cuál es el mensaje que ella les daría a todas las mujeres que tienen Fibromialgia y que anhelan ser madres
Doula integral de gestación, parto y puerperio
Estudiante de Técnico en Enfermería Nivel Superior (Mención: Ginecobstetricia)
Madre de Anhiela (4 años)
Constanza, tiene 29 años y fue diagnosticada con Fibromialgia en marzo de 2013.
Enfrentarse a esta enfermedad fue enfrentarse consigo misma, tenía una vida común y corriente, con un trabajo de oficina, una relación de pareja tóxica, haciéndose cargo de los problemas de otras personas para no tener que hacerse cargo de los propios, pocos amigos de verdad, con una historia llena de fantasmas.
Tenía 24 años y muchos deseos y metas que cumplir. Decidió estudiar la enfermedad desde todos los puntos existentes y partió por “sacar la basura”, soltar lo que no servía y a abrazar con felicidad lo que llegaba.
Algo que anhelaba en su vida por esa época, era ser madre. Ese mismo año, meses después de obtener el diagnóstico, quedó embarazada, fuera de una estructura familiar tradicional, incluso estaba soltera, en medio de esto tenía que re-conocerse y re-estructurarse. Tomó este nuevo desafío con los brazos abiertos, llena de miedos pero feliz, dispuesta a seguir con la transformación.
Logró pasar una gestación con pocos dolores y un parto normal, una lactancia hermosa, y una crianza donde aprende cada día. Desarrolló el nacimiento de un proyecto hermoso en conjunto de otras inmensas mujeres madres, una Corporación Lactivista que el día de hoy crece a pasos agigantados
Sonríe mucho, llora mucho, se enoja, grita y patalea si es necesario, aprendió a pedir ayuda, pues con una hija no le queda más, necesitaba manos, cuando las suyas ya no dan más
Querer y abrazar a la enfermedad, incluso cuando no la deja levantarse de la cama (o del suelo), ha sido el mejor tratamiento. Ver todo lo bueno que le ha traído, le ayuda a reconciliarse cada día con ella.